lunes, 24 de octubre de 2016

Vivir entre caballos y carreras

En una calurosa tarde en el Jardín de la República, en Hipódromo de Tucumán se realizó la reunión nº 25.


Foto María Belén Jiménez Berho.
Apostadores y espectadores, esperando la largada de los caballos.



Con una convocatoria que superó las expectativas de sus organizadores, el lugar se colmó de mujeres, niños, jóvenes y ancianos. El ambiente se vio muy familiar. Los pequeños corrían por todo el lugar, los apostadores festejaban, otros se lamentaban, con el puño ceñido hacia abajo. Todo era una fiesta, más allá del calor insoportable que se hacía sentir en las tribunas, en la pista y hasta en la sombra.

Llamaba la atención la cantidad de mujeres que se sumaron al turf, un deporte que desde sus raíces lo practican hombres y que la sociedad impuso que fuera sólo para los mismos. Entre ellas encontramos a Gisele Galván, esposa del jinete Maximiliano Lastra, quien montó a "Socio Amigo" en la segunda carrera y desafortunadamente salió en último lugar.

Ambos tienen linaje turfistico; ya que en la familia de Gisele también corren y tienen corceles. "Amo los caballos, todo esto lo heredé de mi papá, mis abuelos, mis tíos, tenemos caballos también, cuadreros y de larga", afirmó Gisell.

Entre alfalfa, forrajes, potros y apuestas, floreció el amor en el Hipódromo, "A él lo conocí acá, adentro", contó Galván. Gisele y Maximiliano, vivieron una historia de amor apasionante desde la primer mirada, se conocieron muy jóvenes. Esta tradición familiar y devoción por los cuadrúpedos los unió; hace 8 años que viven en pareja, tienen una pequeña de 5 años, que selló este cuento.

Como buena esposa ella acompaña siempre a Lastra, dijo: "Vengo siempre, todos los días a apoyarlo y a ver las cosas, ya que él tiene que estar acá presente, en la casa no está mucho".Al pasar también mencionó: "Mi marido ama los caballos, los que tiene, tenemos dos, los que corre, cualquier caballo. Adora los animales". Emocionada, con sus ojos vidriosas explicó que es muy difícil la vida de un jockey, muy sacrificado. Pasan todo el día ensayando y los fines de semana compitiendo; también afirmó que la caja popular de ahorros que se ocupa de estas competencias no les brinda ningún subsidio ni seguro a los jinetes, no tiene obra social, no están en blanco; cuando hay muchos que hace años dedican su vida a eso.

La señora Galván confesó ser una mujer afortunada, ya que su familia siempre se mantiene unida, la de sangre, la política y la que formó con Maximiliano con el correr de estos años. No es fácil mantener esta vida tan agitada, "pero es lo que amamos".

Gisele hizo un llamado a la solidaridad, ya que en el Hipódromo se vive semana tras semana un ambiente cálido y familiar dijo que no le parece que haya una venta desmedida de alcohol. Concurren muchos niños y mujeres y ésto da una mala imagen para lo que se pretende. Que es, que cada vez se sumen más mujeres, que lleven a sus hijos y que las carreras vuelvan a ser una fiesta.



El señor Galván, en foto, presentando a su potro y la voz de Gisele. 

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